Lanzamiento de la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos

La Fundación Luisa Hairabedian presenta la Red Informativa de Genocidio y Derechos Humanos que tiene como objetivo informar sobre congresos, actualidad, seminarios, publicaciones, conferencias, bibliografía y postgrados relacionados a Ciencias Sociales, Estudios sobre Genocidio, Diáspora Armenia y temáticas afines

martes, 16 de diciembre de 2014

“Hay que entender la masacre de La Bomba dentro de la lógica del genocidio de los pueblos originarios en Argentina”

Valeria Mapelman, documentalista y directora de “Mbya, tierra en rojo” y “Octubre Pilagá”, visitó los estudios de FM La Colectiva para recorrer un capítulo más de nuestra historia oculta: La masacre en 1947 del pueblo Pilagá, en La Bomba, Formosa. El rol del Estado peronista en los asesinatos y fusilamientos, el funcionamiento de las Reducciones Indígenas, y el silencio que se mantuvo a 60 años de la tragedia, conforman esta investigación que muestra una comunidad que, lejos de olvidar, sigue reclamando memoria y justicia.

_ ¿Qué importancia tiene recuperar hoy en día el documental Octubre Pilagá?
_ Actualmente se sigue pasando en algunos lugares porque no es un tema cerrado; de hecho, es uno de los casos más violentos y que más se ha extendido en el tiempo y en el territorio, un genocidio muy grande en el cual todavía hay víctimas vivas. El que viaje para Huntas, el que vaya para La Bomba, para las comunidades de km 14, km 30, El Descanso, pueden ir a charlar con la gente que sobrevivió a esta masacre. Están ahí, por eso todavía no está cerrado. Además, hay una causa judicial cajoneada. No solo a este gobierno no le interesa sacar a la luz lo que pasó, sino que es parte de una política de Estado. A los jueces no les interesa sentar un precedente que va a abrir puertas a otras causas similares, a otros reclamos, como el de Napalpi en 1924. En Rosario hay sobrevivientes de un hecho similar que ocurrió en 1920, y así hay un montón más. El Chaco es una región en donde la historia se borró completamente para inventar otra de triunfos, éxitos y conquistas, de militares avanzando por territorios inhabitados. Con la excusa de abrir rutas para comunicarse con los ríos y sacar todo lo que producía la industria azucarera, el quebracho, etc., entraron a sangre y fuego a lo que alguna vez fue el Impenetrable, también a Formosa.
_ Pensando en aquellos que no conocen el hecho o no vieron el documental, ¿Cómo describirías esta masacre ocurrida en 1947 durante el primer gobierno peronista?
_ En octubre de ese año se habían reunido en La Bomba -un paraje cercano al pueblo de las Lomitas, en Formosa- miles de personas Pilagá y Qom en torno a un sanador, Luciano Córdoba (este es su nombre en castellano) para curarse y sanar enfermedades a los chicos y ancianos. Dado que había muchas familias en el lugar y que la reunión duró mucho tiempo, a la Gendarmería y al Estado le empezó a llamar la atención. De hecho, intervinieron en la represión el Ministerio de Guerra y el Ministerio del Interior. El 10 de octubre se producen los primeros fusilamientos en La Bomba y la gente empieza a huir en distintas direcciones para salvarse. Muchos recorrieron 100 km al norte a pie, sin comida, a lo largo de 20 días por lo menos. A fin de mes la represión continuó y fueron capturando a diferentes grupos, se dieron nuevos fusilamientos y se utilizó la violación como arma contra las mujeres. Hubo muchos niños y ancianos que murieron porque no tuvieron atención médica para las heridas, los primeros en morir fueron los chicos porque no había comida y no había agua. Hay desaparecidos en la masacre de La Bomba, muchos cadáveres no se encontraron porque los que huían no podían enterrar ni encargarse de sus muertos. Al final del mes, cuando se captura a todos los grupos que estaban huyendo, se los llevan a las colonias indígenas, que en esa época se llamaban Reducciones Indígenas.
_ ¿Quién administraba esas reducciones?
_ El Estado. Durante la época del primer peronismo, desde el año 43, las colonias o reducciones estaban a cargo de la Secretaría de Trabajo, que durante un tiempo tenía la Comisión Honoraria de Reducciones de Indios y que para 1946 ya se llamaba Dirección de Protección del Aborigen. Las colonias dependían de ese organismo. El Estado peronista administraba estas colonias donde habían miles de personas. En 1937 ya hay un informe que deja sentado que en las colonias de Formosa hay 5.700 personas dentro de las reducciones. Estas estaban siempre bajo vigilancia policial, y quienes vivían en ella eran llevados desde los ingenios azucareros y los obrajes hasta las reducciones. Durante el primer peronismo ese sistema estaba en funcionamiento y los cautivos de La Bomba fueron a parar a esos lugares, documentados como trabajadores y no como prisioneros de un malón, como se había dicho. Vale aclarar que se inventó un mecanismo donde las comunidades fueron acusadas de haber atacado al regimiento de Gendarmería Nacional, porque la represión se justifica de esa manera.
_ ¿Cómo y para qué funcionaban esas reducciones?
_ Para comprender la existencia de las reducciones hay que volver al año 1884, cuando Roca manda al General Benjamín Victorica a terminar con el problema indígena, a avanzar sobre el territorio del gran Chaco con tropas militares. A partir de allí se logra controlar la enorme resistencia de los pueblos, sobre todo en el Impenetrable. La masacre de La Bomba demuestra que ese control se extendió hasta el año 47, porque a la gente que estaba allí en octubre de ese año le estaba ocurriendo algo especial, se vivía un momento donde la religión se mezclaba con lo político, se generó una gran reunión que era inaceptable para el Estado Nacional. A esas personas se las quiso disciplinar militarmente. A la Gendarmería Nacional se le envía un avión que parte de Buenos Aires con una ametralladora para sobrevolar la zona. Estos mecanismos represivos tenían como objetivo controlar a esta gente para luego disciplinarlos laboralmente en las grandes industrias con las que el Estado estaba en connivencia. Asimismo, la retención dentro de las reducciones de la población permitía una apertura de territorio para la compra de tierras fiscales por parte del Estado. A la vez que existía este vaciamiento del territorio, se producía una sobrepoblación de las colonias indígenas en donde se reservaba la mano de obra.
_ En el documental se muestra el rol de los medios de comunicación estatales en la Masacre. Primero, agitando la figura de la “inseguridad” a partir de la reunión de las comunidades aborígenes, y segundo, una vez plasmados los asesinatos y fusilamientos, la idea de la rebelión, dando cuenta de un supuesto malón o una sublevación indígena ¿Cómo se entiende hoy esta construcción mediática? ¿Había un sentido común en esa época que permitía pensar que un malón indígena era posible?
_  El 12 de octubre, dos días después de ocurrir la masacre, Perón da un discurso en conmemoración por el natalicio de Cervantes y alaba el valor de los conquistadores españoles que  llegaron a América. Había una cuestión hispanófila muy fuerte, donde era posible visualizar a los conquistadores y a la conquista misma como algo positivo. En el momento en que los diarios publican afiches en conmemoración al “Día de la raza”, aparece ese mismo 12 de octubre en la sección de policiales el caso de la Bomba, dando cuenta de un supuesto malón. Hoy sería un absurdo, pero en esa época era posible. Eso se implanta desde la Secretaría de Informaciones que manejaba Raúl Apold, un tipo muy poderoso que controlaba todos los cables de prensa. Los diarios de la época reprodujeron la bajada de línea de la Secretaría de Informaciones, no tenían corresponsales en Formosa. El día 11, después de ocurrida la represión, empiezan a aparecer noticias sobre un malón en Lomitas, que entre el 12 y el 14 es sofocado. Primero dicen que hubo muertos, después se desdicen, y a partir de ahí hay un silencio total. No hay investigación, los gendarmes que participaron fueron condecorados y después no se dijo más nada.
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_ A pesar de este silencio, las comunidades aborígenes que sufrieron la masacre han mantenido esta historia oralemente.
_ Las comunidades tiene la fuerza del testimonio. La memoria oral es básicamente testimonio, tiene esa fuerza, por eso el documental es un vehículo ideal para registrarlo, vos ves a la persona que te está hablando. Más allá del montaje y el subtitulado, hay una mediación mucho menor que si lo estuvieras leyendo en un libro. La memoria oral es algo muy fuerte y permanente, se transmite de padres a hijos y nietos, configura y es parte de la cultura, de la historia de un pueblo. El caso de la masacre de la Bomba es un mito para los Pilagá, permaneció intacto 60 años y todos los testimonios coinciden, podes armar el rompecabezas perfectamente.
_ ¿Cómo experimenta y qué consecuencias tiene para un pueblo como el Pilaga. 60 años de silencio?
_ Ellos estaban muy ansiosos por contar lo que había pasado, tuve suerte de haber llegado en un momento en el que ya habían elaborado la posibilidad de hablar desde las comunidades hacia afuera. Habían tenido la posibilidad de hacer su propia “terapia”, de superar el trauma terrible que significa ver morir a sus hijos y dejarlos tirados en el monte porque no los podían seguir cargando. Fue relativamente fácil recolectar estos testimonios. Nosotros trabajamos mucho con ellos el montaje, estrenamos la película allí  primero, y la revisamos para estar seguros que era eso lo que tenía que salir. Utilizan la película en las escuelas, la mueven, la copian, es de ellos. Hoy se empezó a entender la masacre de la Bomba dentro de la lógica del genocidio de los pueblos originarios en Argentina.
_  ¿Qué tanto ha cambiado la mirada sobre la historia, sobre los pueblos originarios, y qué cosas crees que todavía se mantienen a lo largo del tiempo?
_ En general, las comunidades están teniendo más posibilidades de hablar de estos temas, de enfrentarlos, de comunicar, y nos ponen en un espejo a los que no somos indígenas, para que veamos cual es nuestra historia. No ha mermado la violencia contra las comunidades, hay un espionaje permanente de la policía en las provincias, amenazas, clientelismo político para que no crezcan, para que no se junten. Hasta el día de hoy una juntada con Felix Díaz en Las Lomitas es un evento en el que están siendo espiados y fotografiados, eso está pasando. Además, las comunidades viven en zonas donde hay mucha biodiversidad, muchos recursos, son lugares estratégicos, y sabemos que el Estado argentino se encuentra en una escalada para conseguir energía y vender el país en pedacitos. Ellos son la única resistencia en el territorio, los wichis ante el avance de YPF, los mapuches en el sur, todavía la situación es complicada.
Valeria Mapelman
Para ver el documental “Octubre Pilagá”: https://www.youtube.com/watch?v=_-RrW15G2kI

viernes, 5 de diciembre de 2014

IDENTIDAD
La Secretaría de Derechos Humanos junto a las Abuelas anunciaron la restitución del nieto 116





La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, confirmó esta tarde en Guadalajara, México, que fue recuperada la identidad del nieto número 116, hijo de Hugo Alberto Castro y Ana Rubel, dado a luz en la ESMA.

 Con la recuperación de la identidad del hijo de dos militantes conocidos como el “Cabezón” y la “Chaqueña”, son 116 las historias de hijos de desaparecidos que lograron reconstruir las Abuelas de Plaza de Mayo.

"Ana Rubel, su madre, era maestra y estudiante de Ciencias Económicas. Cursaba el tercer año de esa carrera cuando fue secuestrada con un embarazo de 2 meses", informaron desde la secretaría de Derechos Humanos a través del comunicado por el cual confirmaron la noticia.

Hugo Castro, su padre, “era maestro mayor de obra, vivió en Córdoba donde trabajó como obrero de la Ford y cuando se mudó a Buenos Aires comenzó a estudiar Arquitectura en la UBA”, agregaron.

Tanto Rubel como Castro, quienes aún continúan desaparecidos, militaban en el Frente Argentino de Liberación y fueron secuestrados en enero de 1977 y trasladados al ex centro clandestino de detención que funcionó en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), último lugar donde fueron vistos con vida.

“El nació en la Esma. Es un caso emblemático de búsqueda que quienes nacieron allí. Se lo venía buscando hace tiempo”, contó el secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, en diálogo con Télam.

El funcionario relató además que el joven se presentó de manera espontánea hace dos meses ante la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (Conadi), que depende de la secretaría de Derechos Humanos, porque tenía dudas que se le presentaron “por cuestiones familiares”.

Fresneda informó además que el nieto recuperado fue criado por civiles y no por militares y que sus cuatro abuelos biológicos fallecieron.

El secretario de Estado recibió esta mañana el informe del Banco Nacional de Datos Genéticos que confirmaba en un 99,9 por ciento que el joven era hijo de desaparecidos y que su búsqueda ya estaba judicializada en el juzgado federal que dirige María Romilida Servini de Cubría.

Cuando conoció la noticia, Fresneda se comunicó con la titular de la Conadi, Claudia Carlotto; y junto a ella ya Abel Madariaga (Abuelas), entre otros, le informaron al nieto recuperado número 116 cuál era su verdadera identidad.

“Estaba emocionado y muy contento. Nos dijo que cuando se hizo el análisis de ADN estaba seguro de que le iba a dar positivo y manifestó el deseo de conocer a su familia”, contó Fresneda.

El funcionario nacional también contó que la primera a la que le contó la noticia fue a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, quien se encuentra en Ecuador, y afirmó que la mandataria se emocionó, le mandó un abrazo y dijo que lo quiere conocer.

Fresneda, que además es hijo de desaparecidos y todavía busca a un hermano o hermana, se mostró contento por haber podido recuperar la identidad de un nieto más y porque la secretaría de Derechos Humanos y las Abuelas “hayan demostrado una vez más estar a la altura de la circunstancias para poder responder a un caso más luego de la oleada que generó la recuperación de la identidad del nieto de Estela Carlotto”, la titular de las Abuelas de Plaza de Mayo.

“Encontrar un hermano es una alegría inmensa”, aseguró y destacó: “Estamos orgullosos de vivir en esta Argentina en donde el Estado Nacional, por decisión de la Presidenta, está haciendo todos los esfuerzos para recuperar a la mayor cantidad de nuestros hermanos en el menor tiempo posible”.

Desde Abuelas de Plaza de Mayo informaron que en los próximos días se realizará la habitual conferencia de prensa para dar más precisiones sobre la restitución de una nueva identidad, al tiempo que aclararon que la familia ya está al tanto de la noticia.

La titular de la Abuelas, Estala Carlotto, se encuentra en Guadalajara, México, para participar de la Feria del Libro, y en diálogo con Télam celebró la noticia y adelantó que mañana dará a conocer más información sobre el caso.

jueves, 4 de diciembre de 2014

Manuel Iedvabni: Ciudadano Ilustres de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires





Julio Raffo, autor del proyecto, y el diputado Aníbal Ibarra organizan el acto de distinción como Ciudadano Ilustre de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires al destacado director teatral, Manuel Jedwabny, conocido como Manolo Iedvabni por su contribución en el ámbito teatral en nuestro país. 

En el homenaje participarán las actrices Alejandra Darín e Ingrid Pelicori. Además, contará con la invitación especial de los músicos Federico Mizrahi y Luis Longhi, y con la proyección de un video de Miguel Rur. 

El acto se realizará el viernes 12 de diciembre a las 18 hs. en el Salón San Martín de la Legislatura Porteña. El ingreso será por Perú 160.

La entrada es libre y gratuita.


Sobre Manolo Iedvabni

En el año 1950 ingresó en la escuela del teatro IFT y cuatro años después, en 1954, debutó como director de la obra Una gota para el mar de Osvaldo Dragún.

Ha sido fundador y director de ámbitos independientes como el Teatro del Centro, Teatro Contemporáneo y Galpón del Sur.

En su amplia trayectoria ha puesto en escena más de veinte obras de autores argentinos y más de cuarenta de autores universales. Entre otras, obras como El avaro de Molière,  El alcalde de Zalamea de Calderón, Tres hermanas de Antón Chéjov. Se destacan sus puestas de obras de Bertolt Brecht como La resistible ascensión de Arturo Ui, El círculo de tiza caucasiano, Santa Juana de los mataderos, La buena persona de Se-Chuan.

Se cuentan en alrededor de noventa las puestas realizadas por Iedvabni a lo largo de su carrera. De todos los autores que llevó a escena, Bertolt Brecht fue siempre uno de sus predilectos, ya que es uno de los especialistas en este autor.

También estrenó, en el Teatro de la Comedia, la obra de Manuel Puig Bajo un manto de estrellas que fue muy elogiada por la crítica y el público, tanto por las actuaciones como por el trabajo de dirección.

Otras obras dirigidas por él fueron: Una relación tan delicada de Loleh Bellon, Conversación en la Casa Stein de Meter Hacks, Soledad para cuatro de Ricardo Halac, Un mismo árbol verde de Claudia Piñeiro, Grande y Pequeño de Botho Strauss, Un informe sobre la banalidad del amor de Mario Diament.

Durante 2011 ha dirigido Mirele Efros de Jacob Gordin (Auditorio Ben-Ami), El aire del río de Carlos Gorostiza (Teatro San Martín) y Por amor a Lou de Mario Diament (Teatro Nacional Cervantes).

Obtuvo numerosos premios entre los que se cuentan el ACE, el Florencio Sánchez, el Trinidad Guevara, el María Guerrero y el Premio Trayectoria otorgado por la Asociación Argentina de Actores.

lunes, 1 de diciembre de 2014


Finaliza el ciclo

"Un genocidio, todos los genocidios"

con la charla



Genocidio de armenios y la cuestión kurda hoy


Panelistas


Pedro Mouratian, Interventor del INADI

Gregorio Hairabedian, Fundación Luisa Hairabedian

Nora Cortiñas, Madres de Plaza de Mayo-LF

Mehmet Alí Dogán, antropólogo y documentalista kurdo



Lunes 1° de diciembre 19.30 horas

en la Casa de la Cultura Armenia

Niceto Vega 4764, Palermo, CABA



Organizan: Federación de Instituciones Culturales Judías (ICUF),

Unión Cultural Armenia, INADI, Liga Argentina por los Derechos del Hombre,

Asamblea Permanente por los Derechos Humanos,

Agrupación La Lorca, AMOS

viernes, 28 de noviembre de 2014


CIDH presenta informe sobre el Derecho a la Verdad en América

27 de noviembre de 2014


Washington, D.C. - Frente a los enormes desafíos que actualmente muchos Estados de la región afrontan a fin de garantizar los derechos de miles de víctimas luego de épocas de dictadura, conflictos armados internos y situaciones de violencia generalizada, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presenta el informe sobre el Derecho a la Verdad en América. 
La Comisión, a través de sus distintos mecanismos, recopiló información de las múltiples y graves violaciones a los derechos humanos que hubo durante dichos períodos. Eran una constante el fenómeno de la desaparición forzada, la aplicación de la jurisdicción penal militar y las leyes de amnistía a fin de liberar de responsabilidad a los responsables de violaciones de derechos humanos. También hubo, y en muchos casos se perpetúa, un patrón común en cuanto a la falta de acceso a la información sobre lo sucedido. El ocultamiento de la información fue en algunos países una política deliberada del Estado e incluso una “estrategia de guerra”.
En este contexto, el informe analiza las obligaciones que los Estados tienen en relación con el objetivo de garantizar el derecho a la verdad frente a graves violaciones de derechos humanos. El informe hace referencia específica a los avances y los desafíos en varios países de la región en esta materia. En el caso de desapariciones forzadas, el informe destaca la obligación estatal de adoptar todas las medidas necesarias para esclarecer lo ocurrido, determinar el paradero de las víctimas, identificar los restos exhumados y entregar los restos a sus familiares. Asimismo, el informe señala que los Estados no pueden continuar empleando la jurisdicción penal militar en casos de violaciones de derechos humanos, sin importar el carácter civil o militar de la víctima ni del o de los acusado(s). 
El informe también resalta la absoluta incompatibilidad de las leyes de amnistía con derecho internacional de los derechos humanos, sin hacer distinción sobre su naturaleza o momento de adopción. Todas las instituciones estatales tienen el deber de aportar toda documentación de cualquier tipo, incluyendo archivos militares o documentos clasificados como “secretos” o bajo cualquier otra denominación que restrinja su circulación, a fin de contribuir con las investigaciones que se realicen por este tipo de graves violaciones. 
“Las democracias de hoy tienen una gran responsabilidad: garantizar que las víctimas de las violaciones a los derechos humanos perpetradas en dictaduras, gobiernos autoritarios y conflictos armados del pasado, tengan acceso a la verdad, la justicia y la reparación. Pero no son sólo las víctimas y sus familiares quienes tienen Derecho a la Verdad, sino también la sociedad como un todo”, dijo la Presidenta de la CIDH, Tracy Robinson. “Cuando el Estado garantiza el Derecho a la Verdad, que incluye el derecho al esclarecimiento de los hechos y también a la justicia y a la reparación, esto funciona como una garantía de no repetición. La impunidad propicia la repetición de las violaciones, en cambio el ejercicio del Derecho a la Verdad la previene”, agregó.
Por su parte, el Secretario Ejecutivo, Emilio Alvarez Icaza, destacó: “Este informe es un aporte que recopila la jurisprudencia del sistema interamericano sobre las obligaciones de los Estados en materia de verdad, justicia y reparación para las víctimas del pasado. Pero no es un informe sobre el pasado solamente, sino que es una contribución al presente, para coadyuvar desde nuestro lugar y nuestro mandato a que las democracias de hoy puedan avanzar en saldar la deuda pendiente, y es una contribución al futuro también. Porque la garantía del Derecho a la Verdad permite construir un futuro exento de este tipo de abusos”.
La CIDH busca con este informe generar una plataforma de discusión con el objetivo de mejorar y consolidar la legislación, las políticas y las prácticas de los Estados en relación con el Derecho a la Verdad. Además de las obligaciones estatales en materia de justicia, el informe analiza las fortalezas y desafíos de las Comisiones de la Verdad creadas en dieciséis Estados de América. Se explican los principios generales que deben tener las Comisiones de la Verdad a fin de constituirse en efectivos mecanismos complementarios a los procesos judiciales que permitan avanzar en la construcción colectiva de la verdad sobre violaciones de derechos humanos. 
El informe identifica asimismo los aportes positivos realizados en casi una decena de Estados por víctimas, familiares, defensores y defensoras de derechos humanos y organizaciones de la sociedad civil, orientados a documentar, verificar y difundir la verdad acerca de violaciones de derechos humanos, tales como comisiones no oficiales de la verdad, conducción de investigaciones, elaboración de estudios e informes, así como iniciativas orientadas a presionar a los países por el reconocimiento social y público de dichas violaciones. 
Lamentablemente, en la actualidad continúan teniendo lugar algunas de estas graves violaciones a los derechos humanos en países con gobiernos democráticos. Los Estados están obligados a garantizar el Derecho a la Verdad para todas las violaciones a los derechos humanos, independientemente de si son cometidas en dictadura o en democracia. 
La CIDH es un órgano principal y autónomo de la Organización de los Estados Americanos (OEA), cuyo mandato surge de la Carta de la OEA y de la Convención Americana sobre Derechos Humanos. La Comisión Interamericana tiene el mandato de promover la observancia de los derechos humanos en la región y actúa como órgano consultivo de la OEA en la materia. La CIDH está integrada por siete miembros independientes que son elegidos por la Asamblea General de la OEA a título personal, y no representan sus países de origen o residencia.

jueves, 27 de noviembre de 2014


"My visit to the Tsitsernakaberd Memorial Complex is an experience that i treasure in my heart"


Análisis y reflexiones de la Dr. Valeria Thus sobre el Genocidio Armenio, antinegacionismo y Derechos Humanos


VALERIA THUS is a current Masters student in International Law of Human Rights at University of Buenos Aires, Argentina. She holds a Specialization in Criminal Law Dept. Graduate School of Law at UBA. She works on thesis entitled " The legal antinegacionism: Reflections from a human rights perspective ". In her research she focuses on the suitability or unsuitability of punishing negationist practices, weighing the human rights at stake (freedom of speech, dignity of victims, equality as non-submission principle, among others) as well as with the question of aligning domestic legislations with international human rights law (authoritative use of IHRL). Furthermore, the analysis intends to gain insight into the performative dimension of law vis-à-vis the state of negation and the prevention of the reorganizing consequences of genocidal social practices, going deeper into their symbolic realization.

Professionally, she has worked on issues related to human rights with a strong commitment to defend them: she has participated as an independent litigator in followed public trials for the crimes against humanity committed by the civil military dictatorship in Argentina (period 1976-1983). She also served as Coordinator Areas in “Instituto Espacio para la Memoria”, decentralized government of the City of Buenos Aires agency and currently works as Coordinator of the “Memory Comission”- Superior Council of University of Buenos Aires. 

Short list of publications:

“El antinegacionismo jurídico: derecho internacional vs. derecho local,” Journal Pensar en Derecho, year 2- issue 2, School of Law, University of Buenos Aires, Eudeba, pp. 81-121. 
“El Estado genocida: reflexiones político–criminales en torno a la política de inmigración Europa”, Journal Estudios sobre Genocidio, Center for Genocide Studies, University of Tres de Febrero, Director: Daniel Feierstein, Volume 8, August 2013, Ed. Prometeo. 
“Resistencias en torno a la calificación de genocidio en el caso argentino”, Revista de Derecho Penal y Criminología, year II- issue 2- March 2012, Ed. La Ley, Director: Eugenio Raúl Zaffaroni, pp. 69-84. 

You are from Argentina, where everything is different… world outlook, challenges. So, what do you feel touching upon the themes of the Armenian history and Armenian Genocide? 

My stay in Armenia has given me the opportunity to learn about the country’s history and to experience its culture.
Of course, each genocide has its own unique characteristics: the reasons that led to it, the methods and technologies used for annihilation -the technology of power-, the subsequent attempts at rationalizing it, and the struggle for punishment and for finding out the truth about what happened.
I think, however, that Argentina and Armenia have much more in common than one might think at first glance, especially because both countries have experienced genocidal processes and in both cases survivors and relatives of the victims have been given a critical role in the struggle for truth, memory and justice.
While the Argentine case has been more characterized by the fight for trial and punishment of the perpetrators (the trial of the Juntas in the years following the dictatorship, and the reopening of the cases at present), both in Armenia and Argentina the human rights movement, in the face of impunity and the impossibility of conducting trials, devoted its efforts to the struggle for recognition and truth.
We have a lot to learn from the Armenian people’s struggle capacity in an international geopolitical context that more often than not turned its back on them. 

Argentina has recognized the Armenian Genocide as a historical fact henceforth. You must be proud of your country. 

Indeed, the human rights policies adopted in the last few years have turned Argentina into a model for the region, not just for being the only Southern Cone country to bring the perpetrators of the human rights violations committed in the 1970s to justice, but mainly because it has developed a policy for preventing social genocidal practices that go far beyond those experienced in our country.
In this context, as you have said, Argentina has recognized the Armenian Genocide through two of its powers: Congress passed Law 26,199 proclaiming April 24 of every year as the Action Day for Tolerance and Respect between Peoples in commemoration of the Armenian Genocide, and in April 2011 the Judiciary issued a historical ruling stating that the Turkish State committed the crime of genocide against the Armenian people in the period between 1915 and 1923.
Besides these wise public policies, I feel morally obliged to stress that these achievements would not have been possible without the unwavering struggle of the Armenian civil society organizations created in Argentina a result of the diaspora. Also, I think I should note that the declaratory judgment I’ve just mentioned is the result of a judicial process initiated by Gregorio and Luisa Hairabedian, two renowned activists.
If there is one thing I can say for sure as a human rights activist and lawyer is that any progress made in the countries that have faced mass violations of human rights is always the consequence of the struggle of the human rights movement. 

What can you tell about your research topic and if your study in AGMI within this period supported to improve your knowledge on the Armenian Genocide? 

It might be relevant to state that the topic of my thesis is concerned with analyzing, in States governed by the rule of law, whether it is suitable or not to punish negationist practices by weighing the human rights at stake —such as freedom of speech, the dignity of victims, and equality as a non-submission principle, among others—, as well as by aligning domestic legislations with international human rights law, i.e. the authoritative use of IHRL. In addition, my analysis seeks to gain insight into the performative dimension of law vis-à-vis the state of denial and the prevention of the reorganizing consequences of genocidal social practices by going deeper into their symbolic realization. 
Based on the meaning I’ve just described, the general hypothesis of my research work is that expressions of denial, being racist or hatred propaganda, are dangerous for the public order, or harmful to democracy, and stand in outright opposition to the victims’ dignity and the fundamental right to honor them and their descendants. 
In my opinion, the protection of the honor and dignity of genocide victims, the preservation of collective memory, and the elimination of racist ideologies are fundamental values that may account for restrictions to freedom of speech. Consequently, any effective attempt at preventing or fighting genocidal practices should punish the proliferation of expressions of denial, as they are the last step in the genocidal process. 
In general, academia has done a lot of work on the Holocaust denial, but there is little information available on the Armenian case. My experience in AGMI gave me the possibility of having access to theoretical material on the Armenian genocide, which was absolutely new to me, as well as to prestigious and high-quality professors and authors.
It also gave me the opportunity to review the Turkish policy of denying the Armenian genocide throughout the years, the sophisticated dynamics of such denial, and the international pressure of the Turks to avoid the recognition of the genocide, as well as to study at the same time the resistance struggle of the Armenian people against this denial. 
What or who direct you to the world of law? 
In my childhood, I had the chance to experience our country’s transition to democracy. I remember the impact that the trial of the commanders of the armed forces had on me, and the emotion that overcame our entire society after the dictators were imprisoned for crimes against humanity. I studied Law in the 1990s, a decade of impunity as it witnessed the enactment of the so-called due obedience and full stop laws and the granting of pardons, and even though the historical context prevented us from thinking about the possibility of trial and punishment, my greatest wish was to participate in the prosecution of cases against the perpetrators of the terrible human rights violations in our country. And I have somewhat fulfilled that wish by acting as a prosecution lawyer representing victims in the proceedings that have been taking place since 2006. 

What kind of tasks you take notice of in the legal aspects of the Armenian Genocide? 

First of all, I would like to say something about what we may call the “dangerous ambivalence of law.” As we all know, law has been instrumental in all genocidal processes. It is the second step in such processes, i.e. the enactment of rules legitimating the patterns of discrimination against who is defined as a “negative other” and even for the establishment of specific annihilation practices.
At the same time, law stands as a privileged sphere of action to overcome experiences of systematic violence on account of its performative and truth-building capacity. Certainly, this is no small thing when what is at stake is the dismantling of genocidal practices.
For those who think critically about the social dimension, the central force of law does not lie exclusively in punishment, but also in every nook and cranny of its structure as a discourse of truth.
Therefore, what is interesting about this ambivalence of law is that it can appear as a malleable material —even with the risks I’ve mentioned— used in favor of genocide prevention.
My research work follows along these lines.
If we grasp the persuasive potential of the symbolic dimension of law, we understand that law can have an impact on morals, customs and, particularly, on the substrate of prejudice from which violence arises. It turns into a message that has an effect on society as a whole and works to reverse the reorganizing consequences of genocidal social practices. And its fundamental importance lies precisely in this possibility of influencing —even though slowly and indirectly— this last level. This ambivalence of law is clearly present in the Armenian case.
While law has been instrumental in the implementation of genocidal practices (deportation laws are a good example), over the last years we have also witnessed the struggle for the recognition of the genocide in the field of law —both in international human rights law, with the adoption of the Whitaker Report by the UN and the declarations by several states, including Argentina, and also in criminal law, with the criminalization of denial. Of particular interest is the activism that sprang up in France around the inclusion of the Armenian genocide in the Gayssot Law.
Today, law stands as a privileged sphere of action to reverse the consequences of genocidal processes, and this is an interesting phenomenon that we must follow closely. 

It is considered that the denial of the Armenian Genocide is the last step of genocide! 

I absolutely agree.
The planning of any genocide by its perpetrators always involves two clearly-defined aspects: on the one hand, the physical destruction of the group chosen as the enemy, and on the other, the strategy of absolute impunity, not only to avoid any kind of criminal action against them, but also to perpetuate the effects of extermination in the prevailing culture.
Material annihilation is not the only major feature of genocides; they are also carried out in the field of symbolic representations by means of specific ways of narrating the annihilation experience.
From this perspective, it can rightly be said that the phenomenon of denial is the sixth step in the genocidal process, known as the “symbolic achievement of genocidal social practices,” which refers to the ways in which post-genocide societies represent and narrate the traumatic experience.
Today, negationism is not just the gross denial of the facts, but it takes on subtler and, consequently, more dangerous forms. I think it is interesting to further explore the other categories of denial, which have to do with the ways of trivializing or underestimating the facts —for instance, calling into question the number of victims, emphasizing the previous existence of a violent conflict, and so on.
In my opinion, an effective fight of denial must not be restricted to drawing attention to the obvious evidence of genocide in the construction of the historical truth, but it must also be based on the adoption of a model that includes the different kinds of genocides, construing their political purposes as well as the cognitive structures and communication strategies of the various types of denial.
In this regard, I agree with professor Hovannisian, who urges to further analyze this tendency to shift from outright denial to the contemporary ways of trivializing the Armenian genocide. 

What kind of process will the criminalization of Genocide denial have in different countries? 

As far as I know, several States have decided to incorporate the crime of denial, with some subtle differences, into their law: Germany, Spain, Portugal, and Switzerland; Belgium, France, and Austria; and Luxemburg, the Czech Republic, Lithuania, Poland, Romania, Canada, New Zealand, and South Africa, among others. What is significant is that only Switzerland has criminalized the Armenian genocide.
In the case of Argentina, even though denial has not been incorporated into its criminal law yet, there is a bill drafted by INADI, i.e. the National Institute Against Discrimination, Xenophobia and Racism. This draft law establishes that freedom of speech reaches its limit when it comes to denigrating, racist or humiliating expressions, or expressions that directly incite such constitutionally unacceptable actions.
In my opinion, the interesting fact is that, as we can see, the denial, justification or minimization of genocides in general, and the Holocaust, the Armenian genocide and the state terrorism that occurred in Argentina under the last military dictatorship in particular, are indeed punished.
And if the bill I’ve just mentioned were passed, Argentina would also be among the first countries to criminalize the Armenian genocide. Let’s hope that this will happen soon. 

What challenges do the young lawyers and genocide scholars face today?
  
I think that one of the most important challenges ahead is to avoid what is known as the “uniqueness theory,” i.e. the impossibility of comparing the genocide of the Jewish people by the Nazis with any other genocidal process, so as to be able to design efficient ways of preventing genocidal social practices.
I want to be clear that in no way I’m saying that genocide is not unique to each society that experiences it. That would be absolutely disrespectful to the victims. There is no doubt that genocides have their own peculiar characteristics and are unique to their victims.
My point is that uniqueness sometimes works against going deeper into the different experiences in order to understand them, analyze their dynamics, compare them, and jointly design prevention policies.
Regarding one genocide as unique and irreproducible is very dangerous and, in a way, can be a sort of denial, not of the facts but of the responsibility. 

What can you say about genocide study, especially the Armenian Genocide education in different schools around the world? 

We can say that, in general, there is more academic information available on the Holocaust. In fact, the Holocaust is an imperative starting point in addressing the different conceptual categories in the study of genocides.
This scholarship was important to me because it gave me access to specific academic information about the Armenian genocide for my thesis.

Nevertheless, I think it is also important to note that, at least in Argentina, there has been a gradual change in the teaching and dissemination of the Armenian genocide in primary and secondary education over the last years. No doubt, as a result of the recognition of the Armenian genocide by Law 26,199 and also of the insistence on human rights education, the Armenian genocide was included in school curricula, thus increasing awareness of the facts. 

Thus, Valeria are you satisfied with your a-month research here? 

This has been a fantastic experience for me, not only academically, but above all emotionally.
As I’ve already said, this scholarship gave me access to first-class texts that threw light on the evolution of the Turkish denial of the Armenian genocide in a general context of silencing the other countries within the framework of the First World War, as well as on the subsequent geopolitical interests intended to ensure the silencing of this crime.
The information I’ve gathered is highly valuable for my thesis in progress.
My visit to the Tsitsernakaberd Memorial Complex is an experience that I treasure in my heart: the music, the trees that have been planted, the walls with the names of the devastated regions, the flame and the flowers.
I want to thank from the heart AMGI staff and researchers for their hospitality, for being always willing to answer the questions arising from my readings and to share their enriching opinions. They are not just exceptional colleagues for me, but also great friends. 

As you are the last graduate of Lemkin 2014 Scholarship, would you please summarize what gave you this program? What is your precept to the next winner? 


The Lemkin program gave me the opportunity to apply my expertise on the Argentine case to the Armenian case, which was the first modern genocide.
It also gave me the chance to explore my research interests in a comparative context in a new region. While my thesis on negationism has a general scope, as it is an in-depth study of the controversial legal aspects of this topic, i.e. the tension between freedom of speech and the victims’ dignity, by gaining insight into the sociological concept of equality, the information about denial in the Armenian case will indeed help me strengthen the analytical categories outlined in my work. It is very important that the future Lemkin Fellows, especially in 2015, should be scholars who work on memory and commemoration, and be very aware of the subject. The one-month scholarship is short, and to make the most of it, they must be steeped in the subject so as to be clear about the specific information, documents and the like that they need.
Being able to apply for the scholarship in 2015, when the 100th anniversary of the Armenian genocide will be commemorated, is indeed a privilege, a unique experience, not only because AMGI will surely organize academic activities of interest for all the scholar, but mainly because they will have the opportunity to explore the emotional contents of a human rights education aimed at the collective construction of memory, along with the academic dimension.
In this context I agree with my scholarschip´s mates in that we should remember what it means to be a Lemkin scholar: it is also being an activist or a humanist, because Lemkin was not only a scholar, but he was an activist or a humanist.
Learning about the atrocious experience of the Armenian genocide led Lemkin to coin the word “genocide” and to frame this concept. It was precisely on the basis of his assessment of the atrocity of the facts from his perspective as a human being that he embarked on an intellectual endeavor for which the subsequent generations are truly thankful.
I also encourage Latin American scholars to apply, since this possibility of conducting a comparative study of the Armenian genocide is an exceptional opportunity for us who have lived genocidal experiences to gain insight into their commonalities in order to effectively prevent them.
I sincerely thank Mr. Demoyan and all the staff at AMGI for giving me this unique opportunity.
And I would like to cooperate in whatever way I can in the future, either by returning to Armenia to further my research or by contributing to the dissemination of the institutional activities that will take place in my country, especially in the context of the 100th anniversary of the Armenian genocide. 

Arevik Avetisyan 
© Armenian Genocide Museum-Institute

miércoles, 26 de noviembre de 2014

Geoffrey Robertson declares massacre genocide


ELAINE FRY
November 25, 2014, 6:30 am

Eminent human rights lawyer and QC Geoffrey Robertson's latest book, An Inconvenient Genocide, draws attention to an important issue that still needs to be addressed: the recognition of the massacre of about one million Armenians on the eve of the Gallipoli landings as "genocide".

"Truth is important - it is important to tell it if people are still suffering from a lie - and Armenians are still suffering from the world's failure to do something about the genocide that had taken place in 1915," Robertson says.

Next year will be the centenary of both the Armenian genocide and the Gallipoli landings. Robertson feels that these significant anniversaries, on consecutive days, April 24 and 25 respectively, should be the perfect opportunity for all nations to acknowledge, and for Turkey to admit, that the Armenian genocide had taken place and for atonement to be made.

There is divided opinion since its occurrence as to whether it could be called a "genocide". It is widely believed that some one million Armenians were killed during this period. But Turkey, justifying the actions of its predecessor in government, the Ottoman Empire, is adamantly against the use of the G-word.

Robertson, who served as the first president of the UN War Crimes Court in Sierra Leone, feels it that an admission to the Armenian Genocide would "give hope that both Armenia and Turkey could move on". He cannot see why there should be a problem with this positive step. "Modern Turkey is a different nation (to the Ottoman Empire). The actions of the past are not a reflection of the modern Turkish nation. It is possible for nations to rise above the crimes of the past."

In his book, Robertson presents one of the great hypotheticals - "Whether the Holocaust would have happened, had the International Criminal Courts promised at Versailles and Sevres for the Kaiser and his generals and for Talaat and his accomplices eventuated in 1921. At least Hitler would not in 1939 have said, "Who now remembers the Armenians?"

Well, thankfully, Geoffrey Robertson does. As he puts it, "The importance of acknowledging guilt of a crime against humanity, even as long as a century later, is that denialism emboldens others to think they can get away with mass murder of civilians whenever it is expedient in wartime.

"International law sets a bottom line: whether Sunni or Shia, Hindu or Christian, whether Chechen, Tamil or Bengali or an indigenous people striving for independence, the deliberate destruction of any part of that race or religion by those in control of a state cannot be countenanced."

martes, 18 de noviembre de 2014

Buenos Aires Celebra Armenia 



29 de noviembre en Barrancas de Belgrano, con shows artísticos armenios, gastronomía típica y la participación especial de Lito Vitale y Juan Carlos Baglietto.

A su vez, al tratarse de una edición especial en el marco del centenario del Genocidio Armenio, se repartirán gratuitamente las macetas con la flor "nomeolvides" armadas por los estudiantes de las escuelas armenias.

También pueden informarse y compartir todas las actividades del centenario a través de la página de 
Facebook oficial de la Comisión del Centenario de Genocidio Armenio de Buenos Aires:
https://www.facebook.com/centenariodelgenocidioarmenio

Desde ya, muchas gracias

Saludos cordiales

martes, 30 de septiembre de 2014

Encuentro Pueblos Originarios y Dictadura

El martes 7 de octubre se realizará el Encuentro Taller “Pueblos Originarios y Dictadura” con el objetivo de intercambiar experiencias con referentes de distintos pueblos.




Con el objetivo de intercambiar experiencias, emartes 7 de octubre se realizará el Encuentro Taller “Pueblos Originarios y Dictadura” de 9.30 a 19 en el Centro Cultural Paco Urondo, ubicado en 25 de mayo 221, Ciudad de Buenos Aires, con entrada libre y gratuita.
La jornada, organizada por el Grupo de Estudios en Derecho Indígena (GEDI – Caracol Insurgente) y la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena en Argentina, se realiza en el marco del Proyecto de Voluntariado Universitario “Pueblos Indígenas y Dictadura” de la UBA.
La idea es crear un espacio de intercambio y debate sobre las experiencias de organización política indígena que tuvieron lugar en el país en la década de 1970, particularmente en el contexto de la dictadura cívico-militar sufrida entre 1976 y 1983.
Para eso, se convocaron a referentes de diferentes Pueblos Originarios que han llevado a cabo una activa participación política en la época, con el objetivo de escuchar sus experiencias directas tanto en el armado de los movimientos como a las posteriores dificultades surgidas a partir del contexto dictatorial, que concluyeron, según el caso, en el desmembramiento general de las organizaciones, así como en el exilio, la persecución o la desaparición de activistas indígenas.
En ese marco, se presentará también el libro "Los Qom del Chaco en la Guerra de Malvinas: Una Herida Abierta", de Juan Chico, maestro e historiador Qom, que aborda desde un aspecto específico la temática tratada durante la jornada.

El Cronograma
- 9.30hs. Apertura a cargo de la Dra. Diana Lenton, directora del Proyecto de Voluntariado
Universitario “Pueblos Indígenas y Dictadura” e integrante de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena en Argentina.
-10hs a 13hs. Pueblos Originarios y Dictadura (I). Exponen:
Eulogio Frites. Pueblo Kolla. CJIRA.
Asunción Ontiveros Yulquila. Pueblo Kolla. Movimiento Comunitario Pluricultural en Jujuy
Francisco Chaile. Cacique de la Comunidad Indígena Quilmes
- 13hs a 14hs. Pausa para almorzar
- 14hs a 15hs. Presentación del libro de Juan Chico “Los qom del Chaco en la Guerra de Malvinas: una herida abierta”
- 15hs a 17hs. Pueblos Originarios y Dictadura (II). Exponen:
Manuel Pichiñan. Confederación Mapuche Neuquina
Nilo Cayuqueo. Pueblo Mapuche. Mesa de Pueblos Originarios de Provincia y Ciudad de Buenos Aires
- 17hs a 18.30hs. Debate con los presentes
- 18.30hs. Cierre a cargo de Ignacio Prafil. Werken de la Coordinadora del Pueblo Mapuche en Río Negro.

 Se agradece su difusión.

miércoles, 17 de septiembre de 2014

Juan Méndez, “The Argentine Experience and the Emergence of a Universal Right to Truth”
September 19

Juan Méndez, “The Argentine Experience and the Emergence of a Universal Right to Truth”
Human rights lawyer, activist, and scholar Juan E. Méndez will reflect on the 30th anniversary of Argentina’s  Nunca Más report and its impact on the origins and development of transitional justice. Submitted to the Argentine people on September 20th, 1984 , Nunca Más was the first time a government authorized an independent entity to investigate those formerly – and often currently – responsible for its decisions and actions.

Juan E. Méndez is a Visiting Professor of Law at the American University – Washington College of Law. Mendez has also served as the UN Special Rapporteur on Torture and Other Cruel, Inhuman and Degrading Treatment or Punishment, the Special Advisor on Prevention to the Prosecutor of the International Criminal Court, and as UN Special Advisor on the Prevention of Genocide.  He worked with Human Rights Watch for 15 years, and he has served as the President of the International Center for Transnational Justice (ICTJ).  Juan Mendez will be placing his historical papers in The Human Rights Archive at Duke’s Rubenstein Library.

Free lunch provided. Please RSVP to Emily.stewart@duke.edu by Thursday, September 18th at 12 p.m.

Sponsored by The Human Rights Archive at the Rubenstein Library, the Duke Human Rights Center at FHI, the Trent Memorial Foundation.

Cosponsored by the Center for Latin American Studies, Duke History Department, and Duke Cultural Anthropology.

viernes, 12 de septiembre de 2014

Presentación del libro “Recordar Opinando . Sobre el Genocidio Armenio. Razones, fundamentos y motivaciones de la causa judicial contra el estado turco” de Gregorio Hairabedian en la XXIX Edición Feria del Libro Córdoba 2014


En sintonía con los precursores de los Juicios por la Verdad de los crímenes organizados y sistemáticamente ejecutados por la dictadura genocida de 1976/83, precedidos por los llevados a cabo por la Alianza Anticomunista Argentina (AAA) con iguales propósitos de eliminación física de sectores políticos, identificados con las banderas de liberación nacional y social de nuestra patria, y la inédita aplicación de la jurisdicción universal para el juzgamiento de delitos de lesa humanidad, aplicado por la justicia española, específicamente por el Juez Garzón, en el caso del genocida Pinochet. El autor de este volumen, Gregorio Hairabedian, promovió igual investigación ante la justicia de nuestro país, por la verdad del destino de su familia materna y paterna, en los sucesos de exterminio del pueblo armenio que tuvieron lugar entre 1921/23, en Anatolia occidental, bajo jurisdicción de Turquía tanto imperial como republicana.



Narra, previamente, distintas vicisitudes personales referentes a las motivaciones que lo condujeron, durante más de medio siglo, a batallar y abogar por la verdad y justicia del destino siniestro de sus antecesores, sistemáticamente negadas por el Estado turco como por las potencias de entonces y de ahora, invariablemente al servicio de los intereses y privilegios espurios de sus clases dominantes. El lector no encontrará la calidad narrativa de un escritor. Tampoco alegatos enjundiosos de un jurisconsulto. Se trata de un texto recordatorio. También por la Justicia y la Verdad. 

 


A poco de cumplirse el 100 Aniversario del Genocidio Armenio, Gregorio Hairabedian, el ciudadano argentino de origen armenio que promovió  la primer causa judicial que alcanzó una sentencia histórica declarando al Estado Turco “responsable de cometer genocidio contra el pueblo armenio”, estará en Córdoba, su ciudada natal,  para la presentación de su libro en la XXIX Feria del Libro Córdoba.


El libro será presentado por:


- El Decano de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNC Dr. Diego Tatian  

- El abogado Dr. Hugo Tangenti 

- El Fiscal Federal Dr. Maximiliano Hairabedian 


El acto será en el marco de una charla-debate sobre temas de actualidad en Derechos Humanos, Memoria, Verdad y Justicia. 


Moderará el panel Federico Gaitan Hairabedian, nieto de Gregorio y abogado de la causa judicial y xe contará con la presencia del autor Esc. Gregorio Hairabedian.


La actividad se llevará a cabo  en la Plaza San Martín el día sábado 13 de septiembre a las 18:00hs en la Sala 2 del Cabildo Histórico, Planta Alta, Ciudad de Córdoba, Pcia. de Córdoba.



lunes, 23 de junio de 2014

Pueblos originarios y genocidio. Entrevista a Alexis Papazian

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“Los pueblos originarios sufren las consecuencias del genocidio que fue invisibilizado, ocultado o negado”

Agencia Paco Urondo
MARTES 17 DE JUNIO DE 2014 13:40

Entrevista a Valeria Mapelman, Alexis Papazian y Marcelo Musante, integrantes de la Red de Investigadores en Genocidio y Política Indígena en Argentina. “Cuando el grupo social que protesta es un grupo social indígena, la ferocidad de la represión casi siempre se repite”.


Por Juan Ciucci

APU:¿Cómo surge la Red, cuál fue el interés que motivó su creación?

Alexis Papazian: La Red surge en el 2005/2006 aproximadamente. Surge en un principio a partir de inquietudes que fueron apareciendo en distintos seminarios que se dan dentro de la Facultad de Filosofía y Letras (UBA). Si bien estamos radicados dentro de la misma FFyL, la Red no está compuesta por estudiantes o graduados de esa Facultad, sino por personas que están, en general, interesadas en la temática que vincula Historia, Antropología, Sociología, diversas miradas sobre la problemática indígena en Argentina y sobre los genocidios que sufrieron estos pueblos originarios hacia finales del Siglo XIX y sus consecuencias en la actualidad. La Red es un espacio muy horizontal que no tiene una estructura fija, donde tenemos reuniones, discutimos textos, producimos desde distintos lugares, ya sea documentales, escritos, el libro que sacamos hace un par de años (Historia de la crueldad argentina. Julio A. Roca y el genocidio de los Pueblos Originarios); para poder difundir estos problemas y plantearlos como problemas en la sociedad, pero también al interior de la propia academia.


APU: ¿Cómo pensaron el libro, qué temáticas quisieron incluir?


Marcelo Musante: El libro salió cuando se estaban organizando los festejos por el Bicentenario, en el 2010. Osvaldo Bayer nos convoca a escribir un libro para presentar en un Encuentro en Junín, que iba a ser como el contra-festejo de los festejos por el Bicentenario. Tiene dos ejes: que sea un libro de divulgación, que se pueda leer en las escuelas, que se pueda presentar en los centros culturales; y por otra parte, que nosotros le demos el aporte científico en términos de datos, de documentación, de todos los trabajos que cada uno venía realizando (documentales, academia, escritos), a todo lo que Bayer viene diciendo desde hace muchos años con respecto a la figura de Roca.

Valeria Mapelman: Hay algo, por ejemplo, que pasó con el libro y es que vos podes ver que hay una continuidad entre el pensamiento de la generación del ’80 y lo que va a pasar después, en tiempos del peronismo, a mediados de Siglo XX, y cómo va cerrando toda ésta historia. Vos lo ves cuando lees el libro. Hay una planificación, por ejemplo se habla de que Benjamín Victorica (Jefe de las campañas militares al Chaco en el Siglo XIX) va hacia el Chaco pensando en el control de la mano de obra y eso termina cerrando por ejemplo al final, pleno Siglo XX. Esa es una idea que, me parece, salió del libro y quedo clara, que al final terminó siendo importante para entender todo el proceso como una continuidad.

APU: En el marco del Suplemento que publicamos, nos interesa pensar la figura de Roca. En principio, decir en líneas generales cómo analizan las distintas miradas que hay sobre él, y cómo se lo lee en la actualidad.

Alexis Papazian: Creo que uno de los ejes centrales de la Red en realidad es no centrarnos únicamente en la figura de Roca, sí tenerla en cuenta porque es ineludible, no se puede pensar hacia finales del Siglo XIX sin mencionar a Julio Argentino Roca. Pero la idea no es centrarnos ahí, sino en observar dinámicas que puedan estar sucediendo en el norte, donde la conquista fue distinta en muchos sentidos, pero que mantuvo cierta lógica, ciertos patrones que también se habían vivido en las parcialidades indígenas en la Patagonia. También observar la distribución de tierras en una práctica que es una herencia compleja, si se quiere, del roquismo hasta la actualidad, observar que es una de las figuras centrales para pensar la construcción del Estado moderno argentino. Eso no explica nada bueno ni nada malo, mejor dicho nada bueno para los procesos que uno sufre hoy en día pensando en la estructura económica de nuestro país, y también pensando las reivindicaciones actuales de los pueblos originarios.

Entonces, si nos centrábamos solamente en Roca y mencionábamos la figura de Roca genocida como un punto de llegada, estaríamos cometiendo un error; creo que sería un punto de partida, si se quiere, para pensar todos estos actores que van surgiendo en los distintos procesos que mencionaba recién Valeria, que uno puede rastrear hasta los inicios del primer peronismo, y también hasta la actualidad. Situaciones en las cuales la violencia contra los indígenas es cualitativamente distinta y las resoluciones de esa violencia contra esos pueblos indígenas es también distinta a la que uno puede pensar a partir de un caso, si se quiere, de violencia que sufra uno u otra persona, porque las marcas que tienen los pueblos indígenas en la Argentina se siguen reproduciendo, y esas marcas están vinculadas con un primer genocidio.

¿Qué queremos decir con esto? De ninguna manera diríamos que, hoy por hoy, o por lo menos esto es ya a título personal, los pueblos originarios sufren un genocidio pero sí sufren esas consecuencias y la potencian, y lo pueden sufrir básicamente porque ese primer genocidio quedó o invisibilizado o no fue visto por la historiografía o fue negado o fue ocultado por procesos en los cuales se consideraba al indígena inferior. Esto tiene que ver con la mirada positivista liberal de fines del Siglo XIX hasta más de mediados del Siglo XX, en las cuales aquellas sociedades que eran consideradas inferiores tienden a asimilarse o a desaparecer ante el progreso, el “avance de la civilización”. Entonces, excede a Roca en muchos sentidos pero lo contiene, no le quita peso a su figura, pero tampoco generemos una estatua al genocida,  es decir, no lo ensalcemos como genocida cerrándolo ahí, veamos todo lo demás. Recién lo mencionaba a Victorica, Villegas, un montón de militares, muchos que ya venían de una práctica que también es considerada genocida hace pocos años, que es la  Guerra del Paraguay. La mayor parte de la plana mayor del ejército que participa en la Guerra del Paraguay luego es trasladada a la frontera sur, en 1876. No son personas que no están acostumbradas a la violencia, todo lo contrario, son personas que tienen esa cotidianeidad con la práctica violenta, es un ejército profesional.

Después está, también, lo de la cantidad de víctimas y eso es ridículo, porque un genocidio no se mide por la cantidad de víctimas fatales, sino por la intencionalidad, la sistematicidad y por las prácticas posteriores. Con todas las falencias que tiene la Declaración de la Convención de 1948 –no vamos a entrar ahora a eso porque no es el tema- tipifica el delito de genocidio en varios sentidos: uno es el exterminio físico pero no es el único, todos los daños físicos o mentales que acarreen la imposibilidad de reproducción de una sociedad, el traslado de niños de un grupo a otro grupo, esto es muy interesante porque tiene que ver con la historia actual argentina también, está tipificado como delito de genocidio, el impedir el nacimiento de los  niños dentro del seno al que pertenecen está también tipificado como delito de genocidio. Entonces, en la historia y en los documentos que aparecen, la mayor parte producida desde el propio Estado, se observan esas prácticas con los indígenas, después tomaremos algunos casos particulares, pero uno ve que no hay un delito en sí mismo, sino que es por la condición de indígena por la cual son sometidos, así como a nosotros nos podrían someter por cualquier condición física, y eso también está dentro de la práctica de crimen de genocidio que es generar grupos. El Estado para llevar adelante un genocidio, ¿qué hace? crea grupos eliminables, grupos marginales, los indígenas podrían ser un grupo marginal, en otros casos fueron los judíos, los gitanos o los homosexuales, o los subversivos en la Argentina. Crean esos grupos que son maleables, que son manejables, y sobre los cuales se opera y se tiende a eliminarlos o asimilarlos bajo los procesos que mencionaba antes.

APU: En los últimos años hay un cambio en la perspectiva histórica de esta lectura de Roca, ustedes tratan de complejizar un poco más el asunto, pero ¿cómo analizan la aparición de las historias de los pueblos originarios, el rescate de esa historia desde una óptica de la historia de los pueblos desde los pueblos?

Alexis Papazian: Estaba pensando en algunas comunidades que están en Neuquén. Me da la sensación de que, en buena medida, a partir de la globalización, con todas las críticas que le hacemos, esa fragmentación que generan los procesos globales, han generado en esas comunidades agencia propia, capacidad propia. Por eso nosotros en general en la Red trabajamos mucho lo que está vinculado con la historia en la relación entre el Estado Nacional y las comunidades indígenas. Que están teniendo un rescate importante, al menos en Neuquén que es lo que conozco, de la memoria oral, y eso a nosotros nos da muchísimos insumos, no solamente en términos de conocimientos y de datos sino también nos da una sensibilidad nueva, conceptos que uno puede aplicar y repensar.

Por ejemplo, ¿qué es el territorio? digo, para empezar con uno que está muy trabajado y que es muy importante hoy en día, qué son los afectos sobre ese territorio, una serie de temáticas que están vinculadas con la transmisión oral transgeneracional y que, obviamente, los tiene a ellos como actores centrales, digo a las familias indígenas. Siempre que tuve alguna posibilidad de entrevistarlos, lo que se genera es riqueza, y al interior de la academia eso se hace sentir, al menos en Filosofía y Letras donde más observo un recambio de miradas, digamos que ya no existe una mirada historiográfica hegemónica dentro de esta facultad.

Hay distintas miradas que se confrontan, uno podría decir: bueno, sí, Roca es un modernizador del Estado argentino, y otro podría decir sí, que es el Estado moderno y hacer una crítica sobre eso. Entonces ver cómo actuó sobre eso, con los indígenas, entonces otro te puede criticar y decir: no, el concepto de genocidio no se puede aplicar porque es un concepto posterior y la verdad es que es posterior a la mayor parte de los genocidios ocurridos en el mundo, y sin embargo se utiliza para otros casos, por qué no acá. Bueno, pero no hay sistematicidad, entonces buscamos en los documentos y observamos; intentamos seguir y seguimos de hecho la metodología del historiador pero las preguntas van cambiando y son distintas, y eso permite nuevas discusiones y  nuevos avances historiográficos, en buena medida por el trabajo académico y mucho por la propia movilización indígena. Creo que, de los ’90 para acá, eso ha crecido mucho, tiene una relativa autonomía respecto de otras agencias del Estado mismo o de otros espacios, como fue la Iglesia en su momento. Eso es muy bueno, a la vez que genera también problemáticas como cualquier otro lugar, creo que el problema actual, a la vez que central, está en el territorio, en cómo se vive ese territorio y en lo que hace el Estado o qué tipo de forma económica promueve el Estado que lleva cada vez más a una menor posibilidad de acceso a ese territorio. Además podríamos hablar de los monocultivos, ya en la actualidad de una política económica extractivista que no tiene absolutamente nada que ver con la cosmovisión ni con las formas económicas de las comunidades indígenas, ni de la mayor parte de las poblaciones campesinas también, hay problemas por todos lados.

Marcelo Musante: Me parece que también hay algo que es interesante, que en el caso del libro lo trabaja Walter Delrio en su artículo, y que me parece que en los últimos años todos nuestros trabajos siempre tienen una contraparte que tiene que ver con la historia oral y la memoria social de las comunidades, y que hasta hace muy poco tiempo esta historia oral de las comunidades era como mirar una historia de segunda. No era una historia viva, o sea hacer historia y hacerla con fundamentos científicos tenía que ver con documentación estatal que, por supuesto, es importantísima, pero tu documentación estatal puede ser ir a revisar la memoria del Ministerio del Interior y que te digan que la reducción de Napalpí era un ejemplo del proceso civilizatorio, pero quizás, como decía antes  Alexis con si Roca fue el eslabón para llevar adelante ese Estado moderno, qué significaba para el Estado, en ese momento, que sea un ejemplo civilizatorio el fusilamiento en las reducciones. Si vamos nosotros y le preguntamos a las comunidades que vivían en las reducciones nos cuentan que, en realidad, lo que estaban haciendo era trabajar veinte horas por días en condiciones infrahumanas, que no se les pagaba, que eran obligados a hacer lo que el Estado quería y que eran constantemente vigilados o que les sacaban a los chicos para mandarlos lejos de las familias porque los separaban todas las semanas de ellos para mandarlos a un orfanato.

Entonces necesitamos sí o sí esa parte de la historia oral para que nos permita entender, a través de ese prisma, qué nos querían decir también esos documentos. Porque uno lo que se empieza a encontrar es que cuando va a charlar con las comunidades en general fueron muy pocas veces entrevistados sobre estos temas, quizás ya han pasado veinte sociólogos, historiadores, documentalistas, periodistas y en realidad lo que sucede es que no se les consultó. O nos pasa hasta con historiadores, esto es lo paradójico en algunos lugares, con los que trabajamos en Chaco que nos decían que les viene bien el libro Historia de la crueldad porque les sirve a ellos para, en Chaco, poder demostrar que lo que están mostrando es cierto. Es una paradoja absoluta, porque en un montón de lugares la historia escrita, la que surge de los documentos, tiene más valor que la historia oral. Creo que lo importante, y me parece lo fundamental, si uno quiere realmente descubrir lo qué pasó en muchas comunidades de Argentina, es ir a que nos cuenten. Eso y también me parece que hay un compromiso, si se quiere, ideológico, metodológico con las comunidades, y en nosotros también poner al servicio de esas comunidades que nos están contando lo que hicieron, los papeles que nosotros vamos encontrando, me parece que ahí radica si se quiere el ejercicio novedoso.

Valeria Mapelman: Hay un resultado también que creo obtuvimos después de todos estos años y que es que, quizás hoy hay mucha gente que empieza a pensar en el genocidio indígena como antecedente de lo que vivimos en los años ’70, que la dictadura no salió de la nada, que los robos de niños no aparecieron de cualquier parte, que la metodología existía. Entonces, por ejemplo, hay algunas ONG, algunas universidades que han empezado a trabajar el tema como conectando una cosa con la otra, que son procesos que se dan muy lentamente pero que son muy útiles y son urgentes para ellos, no está separada una cosa de la otra y eso todavía no está bien cocinado, se está dando y está bueno que así sea.

APU: Por último, para conectar esto con la actualidad si se quiere conceptualmente, cuando existen represiones contra comunidados indígenas o aparecen ciertos rasgos conflictivos, ¿qué ven que continúa, cómo llega el Estado y cómo repercute en la sociedad lo que pasa hoy?

Marcelo Musante: Por lo menos, en Chaco o Formosa creo que claramente lo que sucede... esto es complicado y lo que puedo decir puede sonar superficial, pero si uno ve los videos de lo que ocurrió en La Primavera por ejemplo y cómo entró reprimiendo la Gendarmería y corriendo las comunidades a campo traviesa, se podría imaginar tranquilamente que fue similar a lo que pudo haber pasado en algún momento en la Masacre de la Bomba o en la Masacre de Napalpí; quizás la diferencia fue que en este caso había un montón de camaritas digitales, celulares que filmaron a la Gendarmería reprimiendo. Pero en esto que decíamos de cómo el Estado opera o como tiene esa posibilidad de represión cuando el grupo social que está demandando algo es un grupo indígena y que actúa distinto, esto se demuestra en estos casos puntualmente, o cuando hace poco veíamos en Santiago del Estero una familia de la etnia tonocotes que estaban desmontando, serían veinte personas, se arrodillan para permitir que no pasen las topadoras, viene la policía y los empieza a patear, los amenazan con armas y los llevan a todos presos. No digo que no sucede con otros grupos sociales, pero cuando el grupo social es un grupo social indígena claramente la ferocidad de la represión casi siempre se repite, y este es un dato objetivo de la realidad.

Por otro lado, también es muy complejo cómo esto sucede en lugares donde las comunidades ya, históricamente y en esos mismos lugares, habían sido reprimidas. A veces se dan eventos represivos en comunidades donde ya habían sufrido: Napalpí, familias que habían sido trasladadas y habían sufrido Napalpí y que, cuando vos los entrevistas, la idea del terror es determinante. Familias que cuando van a algún lugar no quieren decir que son de Napalpí porque les da vergüenza o les da temor decir de dónde son. Te puede contar una familia que se da una inundación, bajó un helicóptero en la mitad de una colonia aborigen que hay en Napalpí y salieron todos disparando a esconderse en las casas, porque cincuenta años antes había pasado un avión disparando desde arriba... Pero este terror que sigue operando en las comunidades es algo que te lo cuentan todo el tiempo y muchos padres o abuelos que tratan que los hijos no hablen la lengua porque hablar la lengua puede llegar a ser mal visto. Esto funcionó y estas también son formas de genocidio, no solamente en términos de exterminio, sino en el intento de borramiento de pautas culturales.

Valeria Mapelman: Hablando de lo que pasa hoy, hay también para sumar a eso falta de salud, de educación, la continuidad de las violaciones a las chicas. En Chaco y Formosa existe el “chineo”: las chicas son violadas por los criollos, los blancos, en un ritual de iniciación masculina y eso es algo totalmente normal, nadie lo discute y está funcionando, funciona hoy y es una consecuencia de todo lo que estamos contando.

Alexis Papazian: En el sur la realidad es muy distinta, en algún punto tal vez las organizaciones mapuches tienen un peso y una articulación distinta. Lo que sí he observado siempre en Neuquén, vuelvo a lo que uno conoce más, es cómo se reactivan ciertos sentidos comunes cada vez que hay algún tipo de protesta: son chilenos o están radicalizados por ideologías extranjerizantes. Parecido a los discursos sobre los subversivos, lo de las ideologías extranjerizantes, la idea de que son chilenos es bastante, sobre todo en lo local, que están en algún tipo de relación con organizaciones separatistas del lado de Chile o que conocen a gente del Subcomandante Marcos. En los ’90 los diarios sacaban la idea de Chiapas en la zona de Neuquén, que estaba en conflicto.

Paralelamente a eso, lo que se ve es que hay espacio para la voz, hay lugares donde se puede hablar. Hay también una organización que puede generar lazos con otras organizaciones, a veces sindicales, a veces barriales, hay espacios de lo que uno podría denominar la interculturalidad que intentan construir algo distinto. Pero los medios de comunicación más ligados al MPN y al gobierno de Neuquén tienden a exacerbar esas imágenes de los indígenas, esos estereotipos que son muy fáciles, que son muy digeribles o ya están digeridos, en realidad. Porque si uno se tiene que imaginar un indígena, la imagen que tiene en la cabeza es el caballo, el torso desnudo, el taparrabos, es decir una imagen muy estereotipada, y las utilizan y siguen funcionando. Pero con un contrapeso legal importante, en un país donde falta una aplicación de esas leyes, pero sí existen esas leyes, estoy pensando en términos de que hay muchos Estados dentro de un Estado. Y hay distintas formas de accionar y las organizaciones indígenas intentan generar visibilidad  y hay prácticas que están enraizadas que son sumamente violentas y muy difíciles de desandar y desarmar, sobre todo si no hay un reconocimiento dentro del Estado de los crímenes que ha cometido. Creo que esa es una deuda, así como hubo otras deudas que fueron saldadas creo que esta sería una deuda interesante para el Estado. Decir “hemos cometido una serie de crímenes”, y eso por lo menos visibilizaría los crímenes actuales, en algún punto, y educarías sobre otra base, no sobre la invisibilidad o la desmemoria, sino sobre los dolores y los traumas. Y poder decirlas, creo que es un problema: si no se dicen se mantienen, se repiten.